jueves, 5 de diciembre de 2013

Ahora es un escrito que fue premonitorio


(Antes que nada debo aclarar que esto fue escrito hace ya exactamente 4 meses pero que resultó ser un escrito premonitorio. Porque justo fue un martes y justo el viento me golpeó en la cara un martes así pero hace dos semanas. Ahora es 6/4/14 y esto es lo que siento) 


Era despistada. Dejaba las llaves dentro de la nevera; le echaba azúcar a los huevos revueltos; se ponía una media de una y otra de otra; nunca se daba cuenta de la brisa que entraba por la ventana, nunca le hacía sentir frío. Pero un martes en la tarde esa brisa le arrebató la sonrisa del alma. Siempre usaba un saco azul que había secuestrado desde hacía algún tiempo a su novio. Dormía con él, hacía ejercicio con él, pintaba, cantaba, se reí y todo con su saco azul. Pero ese martes sintió frío de verdad, un frío que va más allá de la brisa de la ventana, del que abre un espacio entre los huesos. Ese frío era del alma. 

Sin saber porqué continuó pintándose las uñas, tomando café, ese martes de brisas.Corría de la cocina a la sala y de la sala al baño y fue ahí, cuando corrió ligero desde la sala a su habitación, que por un momento su cuerpo se quedó estático, impávido y es que sus pies chocaron con el cuerpo inerte del anhelo, el desolado calor de aquel saco azul que se hallaba en el piso. Sintió más frío por haber chocado sus pies contra aquel recuerdo que ya no le traía anhelos. Se le subió un frío desde los pies hasta la conciencia y pensó que tanto frío infame se debía a que, sin darse cuenta, algo adentro, muy adentro, algo que le palpitaba, se le moría, se le congelaba...

martes, 20 de agosto de 2013

Un simple hecho trasformador

11:22 pm y aún sigo sumergida entre dudas y emociones descifrando que cambió, que ocurrió, que hizo que todo al rededor se convirtiera en color.
Recuerdo una mañana fría y sin gracia. Un vacío en el estómago. Un vacío premonitorio que avisaba que ese día algo sucedería. Un camino y un azar. Un destino. Su destino. 
Recuerdo que ese día tenía los labios tibios, los pies fríos. Recuerdo que el humo de mi cigarrillo salía tenso, sofocante. Algo invadía mi conciencia. Una intriga atrapada en las cienes persuadía mi cordura y mi voluntad letal de arriesgada ante el peligro sentimental.
También recuerdo con precisión el calor de sus manos cuando tomó las mías, debajo de una cobija, al son de un juego de mesa, de unas risas, de una respiración cómplice de latidos. 
Todo esto lo recuerdo con tanta precisión como si lo viviera ahora y es que ¿cómo olvidar el preludio de la sinfónica locura que vendría luego? ¿Cómo pasar por alto cada detalle que constituiría mi huida de la mala suerte y el destino que me aferraba a la soledad?
Sí, ese calor del abrazo tímido también está presente. Una respiración corta, pausada, totalmente desequilibrada que penetraba cada poro y ritmo cardíaco. Ese era internamente presente. Así, se presentaron las cosquillas, las risas cerebrales, el sudor de las manos y el parkinson nervioso prematuro. Una carga eléctrica desde la razón a los tobillos. Un desenfrenado afán por estirar los músculos pero enrosacarlos en los suyos. 
Sentí una vibración en mi oído, un susurro que latía, una combinación de sonidos. Un palpitar. Sentía la tibieza de su intención. La delicadeza de su tacto, la debilidad bandida de la voluntad. Lo sentí temblar.
A oscuras me encontraba, cegada por los fantasmas oscuros, recién fortalecidos de decepción. Los demonios poniendo trampas, recordándome que esos juegos quemaban. 
Fueron minutos de indecisión, millones de lágrimas pasaron por mi memoria. miles de suspiros perdidos hallaron cuna en mis recuerdos. La resignación se encontraba al acecho pendiente de mi deceso sentimental.
Y ahí! Justo ahí fue cuando sentí el sabor de su respiración. Uno dulce, calmado. Con miedo sonreí y el brillo interno desmembró cada momento negro. Se me subieron a la risa un millón de bichitos cosquilludos que me levantaban la comisura de los labios creando la magia perfecta de una sonrisa tímida y ansiosa. 
Recuerdo la punta de su nariz respingada y tibia rozándome el alma mientras estallaban los fantasmas. Unas espadas por narices, sacando filo de tiempos lejanos, de amores perdidos, de sueños rotos y promesas incumplidas. 
Mientras la lucha eterna y concisa de espadas por narices vi sus ojos cerrados con furia. Queriendo atrapar algún motivo que lo sacara del combate. Queriendo mentalizar las sensaciones, las emociones. Queriendo captar los sonidos intrínsecos del cuerpo cuando queda perplejo. 
Quizás no lo sabía pero me iba rindiendo ante la batalla de las narices. Estaba claro que perdería. Dominaba a la perfección la técnica del despojo y el acercamiento. Manipulaba el fin del combate simulando un cansancio y renacía para continuar. era evidente que su respiración contenía un antídoto contra la duda, una adicción a la suavidad y la intriga. Era evidente que yo me había doblegado frente a su juego.
Lo dude por unos segundos. Manipulé un poco más la maniobra. El acercamiento mi mejor estrategia. Si alguien iba a perder miedos ganando emociones esa iba a ser yo. 
Como un péndulo se iba y venía y en ese vaivén recuerdo el vaho salir de su boca que me absorbía el ansia y la angustia. Que revitalizaba cualquier deseo. 
Recuerdo haberlo herido con el filo de mis labios una ves en los suyos. Tanto que simuló de nuevo su partida. Recuerdo su intrépida continuidad. Su hazaña y su valor para continuar estando inmóvil atrayéndome como una carnada volátil e ingenua. 
no aguanté más. Recuerdo esa intriga remordiendo mis huesos, calando más allá de mis pensamientos, haciéndome victima y arrebatando una oportunidad someramente viable de ganar una partida. 
Recuerdo un vaivén, dos veces, tres veces hasta que sin querer mi sutil arma roja delicada se posó dos segundos sobre su herida inmortalizada sellando un pacto lejano de frustración.  
Uno, dos, tres... ¡siete! colores invadieron mis pupilas tapadas por el olvido. 
Recuerdo una sonrisa de sabores dulces y sueños rotos reconstruyéndose. Recuerdo el cálido devenir de aquel beso efímero momentáneo que siguió al anterior. Este con más precisión. Confirmando el estallido de colores. Confirmando que la caja de sueños y esperanzas nuevamente, con polvo y telarañas, había abierto su tapa y había dejado escapar unas simples y genuinas dudas y alegrías.
No recuerdo más. Una noche tranquila, un amanecer casual. una tarde llevadera y una intriga incrustada en la ansiedad. ¿Un sueño o una verdad? ¿Fantasía o realidad? 
Recuerdo nuevamente el desasosiego triunfal de el miedo y la certidumbre. ¿Había sido tan solo un hake mate en mi anhelo? o aquella lucha de espadas por narices y un arma roja con una herida había transcurrido dentro de los límites de mi imaginación?
Que locura de sentires. Que locura de emociones.
Siento en la piel el descubrir de la verdad. Ahora ese recuerdo sigue llenándome los poros de nervios y emociones. 
Un "sí, tal vez fue así" estalló de júbilo mi alma. Un "sí, fue así" atemorizado trasformó las leyes de supervivencia escritas sobre piedras. Había cincelado este corazón duro con coraza de desamor un futuro incierto y nuevo. 
Recuerdo que ayer luego de mil segundos y cientos de minutos se dio nuevamente la batalla pero esta vez con los ojos abiertos, con el alma desnuda, con la conciencia en las manos y los colores brillando
Recuerdo que ayer, tan solo ayer. Juré amor a la batalla del olvido, jure lealtad a la voluntad para vencer los castigos del temor. 
Recuerdo que ayer explotaron nuevamente los sentidos en uno, dos, tres... siete colores invadiendo mis pupilas llenitas del color infinito de sus ojos. 
Recuerdo haberme jurado no amar. Recuerdo que ayer reafirmé la sentencia, esta que dice No Amar Los Miedos pero SÍ Amar las sensaciones. 
Recuerdo que sé escribir y decir sintiendo: Te Amo


jueves, 30 de mayo de 2013

En la mañana

Imaginar su aroma al estallar con el primer rayo de sol y respirar su esencia que envuelve el ambiente. Absorber su libertad con total profundidad hasta qe ahogue mi cordura. Contar cada uno de sus suspiros mientras sueña mundos imaginarios. Recorrer un peligroso camino desde sus barbilla hasta su ombligo, posarse en él, con el oído, y escuchar los cuentos que se sumergen en su alma. Exhalar su aire que huele a dulce- Dibujar sueños en su pelvis y sentir el calor que expide el deseo. Enrrollarse en las sábanas y perderse en laberintos de abrazos y besos. Susurrar caricias y tocar fibras, Palpar cada movimiento y despojar miedos, condenar prejuicios y sumirse en la tranquilidad del viento que toca melodías con mis dedos. Encontrar solo silencio y que cuando las respiraciones sean complices de secretos se escape una sonrisa que delate al tiempo escondido entre locura mañanera y un amor infinito que se evade por la ventana cuando el rayo de sol estalle tu aroma.

martes, 21 de mayo de 2013

No.


No, deja tus manos quietas que esta vez no quiero que me roces.
Lamento confesarte que ya no son imanes de mis muslos
No, no me susurres al oído que tu lenguaje ya no es el mismo mío.
No, entiende que tus labios ya no hidratan mis deseos, que tu mirada se congeló en un tiempo, que este frío no es producto del viento, que ya mi camino no quiere tu andar.
Tu olor ya no se impregna en la punta de mi cabello. Tu sonrisa ya me vale huevo.
Que te vas?
Está perfecto
Que te quedas?
Pero ¿En donde? sí ya no tienes un lugar-
No, no se ha acabado. Acaba cuando mudes tus recuerdos, cuando recojas cada mentira de mi cuerpo.
No, no te extrañaré. Lo siento, pero no dejaste motivos certeros.
No, no me beses con tristeza. No, no me mires con franqueza. No, no haremos el amor porque el amor ya nos deshizo a los dos.

lunes, 20 de mayo de 2013

Tu sensual geografía

De la orilla izquierda de tus labios tomo rumbo a las costas donde habita la caracola de tu mar. Planto mis susurros y más íntimos secretos mientras te conviertes en olas desde los párpados hasta los lunares de tus pies.
Navego por las lineas secretas de tu espalda, doy giros hasta encallar en tu ombligo. A pie recorro cada linea de tu vientre bajo, como dunas, suaves y uniformes. A lo lejos diviso las cordilleras donde perdí mi mapa, mi destino, mi pudor.
Me pongo en el papel de un aventurero y me aferro a tu suelo, blanco y terso.
Con sutileza bajo por el monte de Venus hasta creerme Adonis y el colonizador de esas tierras. Un anacronismo erótico y banal.
Me profundizo en tus lagunas. Busco el tesoro escondido pero hallo mi letargo, mi recóndito escondite, entonces me considero tu tesoro más fiel y más hermoso.
De la nada sumerjo en voces, en ciclos de respiraciones. Sumerjo renacido, extasiado.
Tu vaivén de tierra, tus movimientos de seducción consternan mis sentidos. Tus valles, sabanas y cauces de ríos se confunden con los míos.
Tus grietas y tus parcelas, tus colores de amaneceres y  esos olores de atardeceres, a campo, dulce y cacao. Tus raíces enredadas en mis manos y tu alma sujeta a los prados.Tu geografía sensual donde yo habito, de donde nacen tus suspiros y  donde tu pones tus gemidos en mis respiros.

viernes, 17 de mayo de 2013

Usted y yo


Usted y yo tenemos entre las pupilas un "te quiero" efímero. Entre las cienes una mentira sutil. Entre las palabras una promesa incumplida. Entre los sueños un anhelo somnoliento. Pero también entre la comisura de los labios tenemos un sabor a gloria, entre las manos un inocente deseo, entre la piel una verdad a medias.
Usted y yo nos tenemos, a la deriva, pero nos tenemos. 
Usted tiene sus delirios, sus cóleras, sus sueños y yo tengo mis manías, mis miedos y mis días junto a uested contados.
Usted y yo tan acostumbrados a dejarnos ir, a perder sin apostar, a apostar sin jugar, a mentir al callar.
Usted y yo tan sumisos, tan afectivos
Solo usted y yo sin comas, espacios ni puntos
Usted y yo sin misticismo. Usted y yo perdidos.
Usted y yo buscándonos detrás de los besos donde llegamos solo a ser usted o yo!

viernes, 3 de mayo de 2013

Recuerdo que no recuerdo

Quizá se me ocurrió esto porque creo necesario qué recordarnos es volver al lugar y al instante donde nos dejábamos sensaciones pegadas a los labios. Esas sensaciones que yo como se que usted también anhela
Recuerdo una tarde de un Sol promiscuo, penetrando con sus rayos  todo tipo de ojos sin protección, recuerdo un tumulto de gente con algunos ideales flotando en el aíre o plasmados con colores en pancartas. Recuerdo su sonido, el que producía cuando se movía junto con el aíre. Recuerdo su mirada tímida, serena y provocadora pero lejana a la vez. Recuerdo un mínimo contacto que duró segundos entre su calor y el mío. Recuerdo que ese día decidí no dejarlo.
También recuerdo un abrazo, un día donde renacimos con sonrisas, un acercamiento sincero y profundo entre dos cuerpos frágiles ante las emociones. Recuerdo su olor, la tibies de sus manos, sus susurros en mi oído y un "te extrañé". Recuerdo que ese día pensé que en jamás lo iba a dejar.
Se me viene a la mente ese momento de sinceridad, ese frío que nos recorría el cuerpo, dos palabras y un momento que se congelaba en el tiempo. Recuerdo su mano agarrando mi cintura y sus ojos buscando respuestas en los míos. Recuerdo un abrazo con temor de dejarnos. 
Recuerdo la estúpida idea que tuvimos de olvidarnos
Recuerdo los perversos discursos que nos echábamos con tal de mantenernos a salvo uno del otro
Recuerdo que eramos caníbales, queriendo acabarnos a mordiscos, a besos, a desgarrarnos con las manos, con los labios, con las mismas miradas.
Recuerdo el fuego que crecía al tocarnos y como adorábamos el calor.
Recuerdo una Luna, que fisgona, nos pilló en el momento que nos mordimos la calma, el alma, el cuerpo.
Recuerdo cuando se fue. Recuerdo cuando volvió. Recuerdo el Limbo en el que se quedó.
Recuerdo tantas cosas, que tal vez usted no recuerde pero hay una que se me olvidó. No recuerdo el motivo del por qué le seguí los pasos, no recuerdo el motivo por el cual me dejé guiar de sus abrazos y tampoco el color de las palabras que le salían de la boca. No recuerdo como lo quería, ni recuerdo como ponía los brazos para recibirlo. No recuerdo cuanto frío me daba su ausencia y menos recuerdo las veces que me brotaron lágrimas con su olor. 
Hay cosas que recuerdo y cosas que no pero, sin duda alguna, hay una sola que camina a paso lento entre los dos que hace que no dejemos de buscarnos... Esa es que, sin miedo a equivocarme usted, me mantiene viva en sus recuerdos, desnuda, sin alegorías ni ejemplos. Es que usted aún mantiene vivo en sus adentros lo que yo no puedo recordar 

sábado, 16 de febrero de 2013

Pasión

Esas miradas profundas que queman la piel cuando los ojos la rozan
El olor de tus poros enloquecidos en plena mañana soleada
El sonido de tu cabello coqueteando con el viento
Tus manos sudorosas, frágiles, suaves, nerviosas con ansias de otras manos
Tu calor que como un imán me llama
Las sutiles palabras de madrugada que balbuceando me dicen "más"
Tus piernas que buscan recorrer laberintos y que terminan enredándose en las mías
Mis manos en tus labios
Mis labios en tu pecho
Mi pecho entre tus ideas
Mis ideas en el pecado
Mi pecado buscando salvación
Mi salvación que se encuentra entre tus ojos que me quema las fibras del deseo 
El deseo matándonos de a poco, disimulando de a poco los suspiros
...Y los suspiros guardando el secreto que se nos intenta escapar con las sonrisas con olor a humo y vela

miércoles, 13 de febrero de 2013

Que me condenen entonces!


Que me condenen entonces! 
Que me condenen por querer secuestrar sus sonrisas
Por querer amarrar sus manos a mi cintura
Por robarle los besos en el aíre.
Por condicionar mi libertad a su voluntad
Por sublevarme a su tiránico olvido
Por romper sus esquemas, sus protocolos, sus normas y sus caprichos.
Que me condenen entonces porque me declaro culpable
Culpable de condicionar mis días a su sombra
Culpable por perseguir mis instintos detrás de su olor
Culpable por desear ese pecado que se esconde en la esquina izquierda de sus labios
Culpable por amar al traidor
Y si me van a condenar pues,  ¡que me condenen entonces! Porque me culpo de intentar acecinar su recuerdo


lunes, 4 de febrero de 2013

Oye! ¿Damos un paseo?

No se que tan descarriada suene la idea, no se si me he vuelto un poco loco. Tal vez esta mañana al salir el sol se me quemaron un par de neuronas y se me ocurrió, justo cuando veía lo redonda que es la vida. Quisiera que usted, si, usted, me acompañara a recorrer el misterio que contemplo cada noche. Que le parece una de estas noches que hace frío y todo es tan claroi, así podemos observar las cosas más bellas que se ocultan en la oscuridad. Yo le avisaré para que se pueda poner sus zapatos azules, esos con los que suele subir al cielo de vez en cuando, su chaqueta gris, la que ha abrigado más de un alma, y así podrá tomar mi mano, dejarse llevar con los pasos, porque se me ocurrió que usted y yo podemos dar un paseo, una caminata en la luna!

Querido Destino


Querido destino

Creo que has estado un poco enfermo. Lo noto porque ya no llegas con la vigorosidad que te caracteriza, ahora estás débil, desanimado, cómo agobiado ¿verdad?. Si, ya no lo ocultes, pasa hasta en los mejores hijos de la suerte.
Quiero que sepas que no estoy enojada por tu falta de actitud, por tu desmedido deseo de morir. Trato de entenderte.
He llegado a preocuparme por esos bajonazos que te pegas de vez en cuando y más cuando llueve. ¿Le temes miedo a la lluvia?.
A raíz de tu comportamiento he querido llevarte a un psiquiatra o psicólogo para que puedas hablar y te sientas un poco mejor. Lo se. Es un poco molesto pero es por el bien de los dos. No es por hacerte sentir peor, pero sabes que desde hace tiempo que tu y yo ya no somos los de antes. Tu ya no sonríes y yo ya no confío en ti. Esta relación se ha perdido entre las alcantarillas del centro. Ahí donde siempre esperamos el bus, donde te esforzabas por ser el mejor.
Recuerdas el día que no teníamos con que comer y caminamos por la séptima con un sol agresivo, cómo burlón? Recuerdas que iba triste y sola y llegaste por detrás y me tomaste por sorpresa y ante mi cayeron billetes? Recuerdas cómo te agradecí y te amé?
Que ha pasado contigo? Ahora llueve y como de costumbre no estás. Se me mojan los zapatos, los libros, el alma. el bus pasa lleno, mis notas no mejoran, él chico sexy que tanto te conté ahora es novio de la estúpida mona del 203.
No quiero presionarte pero así no podemos continuar. tu haciendo lo que se te da en gana y yo esperando que respondas oportunamente.
sabes? Me cansé. No te soporto más. Hemos llegado al punto en el cual no te necesito.
Y si! Lo confieso, desde hace un tiempo duermo con la puta de la casualidad.