Un espacio para exponer, para comunicar, para sentir y vivir todo aquello que en la mente se posee
jueves, 30 de mayo de 2013
En la mañana
Imaginar su aroma al estallar con el primer rayo de sol y respirar su esencia que envuelve el ambiente. Absorber su libertad con total profundidad hasta qe ahogue mi cordura. Contar cada uno de sus suspiros mientras sueña mundos imaginarios. Recorrer un peligroso camino desde sus barbilla hasta su ombligo, posarse en él, con el oído, y escuchar los cuentos que se sumergen en su alma. Exhalar su aire que huele a dulce- Dibujar sueños en su pelvis y sentir el calor que expide el deseo. Enrrollarse en las sábanas y perderse en laberintos de abrazos y besos. Susurrar caricias y tocar fibras, Palpar cada movimiento y despojar miedos, condenar prejuicios y sumirse en la tranquilidad del viento que toca melodías con mis dedos. Encontrar solo silencio y que cuando las respiraciones sean complices de secretos se escape una sonrisa que delate al tiempo escondido entre locura mañanera y un amor infinito que se evade por la ventana cuando el rayo de sol estalle tu aroma.
martes, 21 de mayo de 2013
No.
No, deja tus manos quietas que esta vez no quiero que me roces.
Lamento confesarte que ya no son imanes de mis muslos
No, no me susurres al oído que tu lenguaje ya no es el mismo mío.
No, entiende que tus labios ya no hidratan mis deseos, que tu mirada se congeló en un tiempo, que este frío no es producto del viento, que ya mi camino no quiere tu andar.
Tu olor ya no se impregna en la punta de mi cabello. Tu sonrisa ya me vale huevo.
Que te vas?
Está perfecto
Que te quedas?
Pero ¿En donde? sí ya no tienes un lugar-
No, no se ha acabado. Acaba cuando mudes tus recuerdos, cuando recojas cada mentira de mi cuerpo.
No, no te extrañaré. Lo siento, pero no dejaste motivos certeros.
No, no me beses con tristeza. No, no me mires con franqueza. No, no haremos el amor porque el amor ya nos deshizo a los dos.
lunes, 20 de mayo de 2013
Tu sensual geografía
De la orilla izquierda de tus labios tomo rumbo a las costas donde habita la caracola de tu mar. Planto mis susurros y más íntimos secretos mientras te conviertes en olas desde los párpados hasta los lunares de tus pies.
Navego por las lineas secretas de tu espalda, doy giros hasta encallar en tu ombligo. A pie recorro cada linea de tu vientre bajo, como dunas, suaves y uniformes. A lo lejos diviso las cordilleras donde perdí mi mapa, mi destino, mi pudor.
Me pongo en el papel de un aventurero y me aferro a tu suelo, blanco y terso.
Con sutileza bajo por el monte de Venus hasta creerme Adonis y el colonizador de esas tierras. Un anacronismo erótico y banal.
Me profundizo en tus lagunas. Busco el tesoro escondido pero hallo mi letargo, mi recóndito escondite, entonces me considero tu tesoro más fiel y más hermoso.
De la nada sumerjo en voces, en ciclos de respiraciones. Sumerjo renacido, extasiado.
Tu vaivén de tierra, tus movimientos de seducción consternan mis sentidos. Tus valles, sabanas y cauces de ríos se confunden con los míos.
Tus grietas y tus parcelas, tus colores de amaneceres y esos olores de atardeceres, a campo, dulce y cacao. Tus raíces enredadas en mis manos y tu alma sujeta a los prados.Tu geografía sensual donde yo habito, de donde nacen tus suspiros y donde tu pones tus gemidos en mis respiros.
viernes, 17 de mayo de 2013
Usted y yo
Usted y yo tenemos entre las pupilas un "te quiero" efímero. Entre las cienes una mentira sutil. Entre las palabras una promesa incumplida. Entre los sueños un anhelo somnoliento. Pero también entre la comisura de los labios tenemos un sabor a gloria, entre las manos un inocente deseo, entre la piel una verdad a medias.
Usted y yo nos tenemos, a la deriva, pero nos tenemos.
Usted tiene sus delirios, sus cóleras, sus sueños y yo tengo mis manías, mis miedos y mis días junto a uested contados.
Usted y yo tan acostumbrados a dejarnos ir, a perder sin apostar, a apostar sin jugar, a mentir al callar.
Usted y yo tan sumisos, tan afectivos
Solo usted y yo sin comas, espacios ni puntos
Usted y yo sin misticismo. Usted y yo perdidos.
Usted y yo buscándonos detrás de los besos donde llegamos solo a ser usted o yo!
viernes, 3 de mayo de 2013
Recuerdo que no recuerdo
Quizá se me ocurrió esto porque creo necesario qué recordarnos es volver al lugar y al instante donde nos dejábamos sensaciones pegadas a los labios. Esas sensaciones que yo como se que usted también anhela
Recuerdo una tarde de un Sol promiscuo, penetrando con sus rayos todo tipo de ojos sin protección, recuerdo un tumulto de gente con algunos ideales flotando en el aíre o plasmados con colores en pancartas. Recuerdo su sonido, el que producía cuando se movía junto con el aíre. Recuerdo su mirada tímida, serena y provocadora pero lejana a la vez. Recuerdo un mínimo contacto que duró segundos entre su calor y el mío. Recuerdo que ese día decidí no dejarlo.
También recuerdo un abrazo, un día donde renacimos con sonrisas, un acercamiento sincero y profundo entre dos cuerpos frágiles ante las emociones. Recuerdo su olor, la tibies de sus manos, sus susurros en mi oído y un "te extrañé". Recuerdo que ese día pensé que en jamás lo iba a dejar.
Se me viene a la mente ese momento de sinceridad, ese frío que nos recorría el cuerpo, dos palabras y un momento que se congelaba en el tiempo. Recuerdo su mano agarrando mi cintura y sus ojos buscando respuestas en los míos. Recuerdo un abrazo con temor de dejarnos.
Recuerdo la estúpida idea que tuvimos de olvidarnos
Recuerdo los perversos discursos que nos echábamos con tal de mantenernos a salvo uno del otro
Recuerdo que eramos caníbales, queriendo acabarnos a mordiscos, a besos, a desgarrarnos con las manos, con los labios, con las mismas miradas.
Recuerdo el fuego que crecía al tocarnos y como adorábamos el calor.
Recuerdo una Luna, que fisgona, nos pilló en el momento que nos mordimos la calma, el alma, el cuerpo.
Recuerdo cuando se fue. Recuerdo cuando volvió. Recuerdo el Limbo en el que se quedó.
Recuerdo tantas cosas, que tal vez usted no recuerde pero hay una que se me olvidó. No recuerdo el motivo del por qué le seguí los pasos, no recuerdo el motivo por el cual me dejé guiar de sus abrazos y tampoco el color de las palabras que le salían de la boca. No recuerdo como lo quería, ni recuerdo como ponía los brazos para recibirlo. No recuerdo cuanto frío me daba su ausencia y menos recuerdo las veces que me brotaron lágrimas con su olor.
Hay cosas que recuerdo y cosas que no pero, sin duda alguna, hay una sola que camina a paso lento entre los dos que hace que no dejemos de buscarnos... Esa es que, sin miedo a equivocarme usted, me mantiene viva en sus recuerdos, desnuda, sin alegorías ni ejemplos. Es que usted aún mantiene vivo en sus adentros lo que yo no puedo recordar
Recuerdo una tarde de un Sol promiscuo, penetrando con sus rayos todo tipo de ojos sin protección, recuerdo un tumulto de gente con algunos ideales flotando en el aíre o plasmados con colores en pancartas. Recuerdo su sonido, el que producía cuando se movía junto con el aíre. Recuerdo su mirada tímida, serena y provocadora pero lejana a la vez. Recuerdo un mínimo contacto que duró segundos entre su calor y el mío. Recuerdo que ese día decidí no dejarlo.
También recuerdo un abrazo, un día donde renacimos con sonrisas, un acercamiento sincero y profundo entre dos cuerpos frágiles ante las emociones. Recuerdo su olor, la tibies de sus manos, sus susurros en mi oído y un "te extrañé". Recuerdo que ese día pensé que en jamás lo iba a dejar.
Se me viene a la mente ese momento de sinceridad, ese frío que nos recorría el cuerpo, dos palabras y un momento que se congelaba en el tiempo. Recuerdo su mano agarrando mi cintura y sus ojos buscando respuestas en los míos. Recuerdo un abrazo con temor de dejarnos.
Recuerdo la estúpida idea que tuvimos de olvidarnos
Recuerdo los perversos discursos que nos echábamos con tal de mantenernos a salvo uno del otro
Recuerdo que eramos caníbales, queriendo acabarnos a mordiscos, a besos, a desgarrarnos con las manos, con los labios, con las mismas miradas.
Recuerdo el fuego que crecía al tocarnos y como adorábamos el calor.
Recuerdo una Luna, que fisgona, nos pilló en el momento que nos mordimos la calma, el alma, el cuerpo.
Recuerdo cuando se fue. Recuerdo cuando volvió. Recuerdo el Limbo en el que se quedó.
Recuerdo tantas cosas, que tal vez usted no recuerde pero hay una que se me olvidó. No recuerdo el motivo del por qué le seguí los pasos, no recuerdo el motivo por el cual me dejé guiar de sus abrazos y tampoco el color de las palabras que le salían de la boca. No recuerdo como lo quería, ni recuerdo como ponía los brazos para recibirlo. No recuerdo cuanto frío me daba su ausencia y menos recuerdo las veces que me brotaron lágrimas con su olor.
Hay cosas que recuerdo y cosas que no pero, sin duda alguna, hay una sola que camina a paso lento entre los dos que hace que no dejemos de buscarnos... Esa es que, sin miedo a equivocarme usted, me mantiene viva en sus recuerdos, desnuda, sin alegorías ni ejemplos. Es que usted aún mantiene vivo en sus adentros lo que yo no puedo recordar
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