Y vuelven mis suspiros exhalando su aroma que aún recuerdo con precisión.
a veces la vida nos pone pruebas para que comprendamos los errores que cometimos y nos da una nueva oportunidad. O a veces simplemente el mundo confabula para que las cosas se vuelvan a repetir de diferente manera y así aprender.
Últimamente la vida me ha puesto en situaciones conflictivas y confusas. Me lo ha puesto a usted de diferentes formas. Es como si tratara de decirme que hubo algo que no vi y que tengo que verlo ahora, o simplemente trata de mostrarme cómo no puedo volver a caer en ciertas trampas. Pero es que lo peligroso es lo más atractivo y esta vez el peligro tiene una mirada que cautiva, que brilla y da luz. Es del color que nunca pude descifrar, es del color que más me gusta. Tiene el olor que penetra hasta los huesos y se queda allí, en la punta de la nariz, por horas. Esta vez tiene mi mayor prejuicio y un nombre que significa Karma. El peligro para mi no es la forma en que se representa sino en lo eficaz para hacer efecto. Es un veneno que me envicia de a poco. Es una necesidad y una ambición. Es simplemente un paralelo de lo que fue un tiempo que amé.
A veces no se si es que usted está allí, o simplemente soy yo la que lo colocó dentro. Es sólo para intentar darle una explicación a este tipo de juegos en los que se apuesta al todo o la nada. A veces se me olvida lo vivido y me quiero sumergir rápidamente allí donde habita para consumirme todo, como siempre, y saciarme. Pero es ahí, cuando suena una canción de ese grupo que canta en inglés que tanto sabe usted que nos gusta, que me freno. Que pienso que es una trampa, que debo parar. Es como si la canción anunciara, como en el apocalipsis con las trompetas, que avanza el peligro con todas sus causas. Y lo recuerdo todo. Las noches que lloré, los días que no soportaba, lo que lo quice y me palpitan las lágrimas y me repito que no puede suceder de nuevo y me alejo. Y vueve por mi la desgraciada tentación y yo sólo sonrío, me sonrojo y dejo que me abrace la trampa. Porque bien sabe usted que soy muy fácil de rendir. Que parezco fuerte pero que no lo soy. Que un abrazo, una sonrisa y un beso me vulneran. Y es que esta vez el Karma tiene todas las armas y yo ando desnuda, porque mi defensa la rompió mi color favorito en los ojos de el. Esos ojos en los que no está usted pero que como un puente me conecta con su recuerdo
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