…Y desperté y ahí estaba, todo tan extremadamente extraño y extremamente agradable… Un color que te inspira confianza, un olor a dulce, un calorsito en tu alma como si alguien la abrazara, como una esperanza revivida, como si hubiera vuelto luego de unos meses de vacaciones, con una alegría que te inunda el pecho y hasta duele y pica.
Desperté y todo era sencillo, como si estuviera en un cuento de hadas y me le hubiera robado el casting a blanca nieves y viviera con animalitos y enanos buena gente. Y todo sabía espectacular; cada sabor se mezclaba bailando con mi saliva y gozaba ese baile y me hacia soñar. Y veía sonrisas en todo lo que me rodeaba, sonreía mi perro y hasta yo sonreía sin razón, sin sentido lo que veía pero era mágico.
Sentía amor, orgullo, fuerza en mis ganas de luchar.
Y tal vez me desperté sintiendo esto, por que antes de dormir oí por primera vez como canta la felicidad…