lunes, 22 de octubre de 2018

Conversaciones de café

-Y le extrañas?
-Con frecuencia
-Igual que siempre?
-Como nunca. En todo el sentido literal de la oración, le respondí.
Me quedé callado. Me quedé por varios minutos pensando, mientras soplaba el café recién servido, porque ir enfriando el café me servía como excusa para pensar en aquella respuesta que salía casi inconsciente. "Como nunca".
Claro! como nunca. Nunca tuve la necesidad de extrañarle así. Y ni siquiera era la necesidad sino la capacidad. La capacidad de extrañarle así. Pero, cómo era que le extrañaba, si no era como siempre? y, cómo era extrañarle como siempre? Como siempre cómo?
Bien, pensé, como siempre le extrañaba con rabia, con rencor, con recelo. Le extrañaba por el simple hecho de que no estaba como yo quería que estuviese. Como si su materialidad tuviera que obedecer a mi deseo y su existencia respondiera obligatoriamente a mi placer. Le extrañaba con furia por su ausencia, cómplice de mi decepción. De la decepción al no abarcar completamente mi idealización. Le extrañaba como siempre cuando rompía con mi figura de sí en mi.
Tomé un sorbo de café.
-Qué pensás? Me preguntó con tal intriga que me cortó de choque con mis pensamientos. Su pregunta había despejado completamente mi reflexión sobre la extrañeza del siempre.
-Nada. No sé. En el café y algo sobre extrañar. Le dije
-Le tenés en la cabeza verdad? No parás de pensarle. Se nota que de verdad que le extrañás.
-No, no es eso, respondí.
Nuevamente tomé la taza de café y me dispuse a entrar en mi ritual de soplar y pensar.
"Como siempre...". Y cómo es como nunca? me pregunté.
Sin rabia, obvio. Pero que hace que ahora no me de rabia? tomé un sorbo corto de mi café, ya frío de tanto soplar.
Como nunca! suspiré... porque ya no está, no como yo quisiera, sino que como él no quiere. No está presente, en ninguna forma ni espectro. Simplemente no está. Así es como nunca. Porque siempre estuvo, a pesar de que no lo sentía, u obligaba a su ausencia. Siempre estaba... ahora no, y ahora es como nunca.
Se me aguaron los ojos. Nunca había visto tan real su ausencia, tan inteligible. Hasta ahora podía ver con claridad que lo que extrañaba no era la idea sobre él sino a él. Ahora sí sentía su fantasma. Esto era extrañar como nunca, en todo el sentido literal de la oración. Qué extrañaba? Y si era añoranza, o anhelo, o melancolía? o todas juntas?
-Qué pensás?
-Qué crees que signifique extrañar? cómo se diferencia de la añoranza, el anhelo y la melancolía?
-Hombre, no sé. Supongo que o todas están relacionadas o todas son iguales con algunas variables.
-Cuál será peor?
-Tú qué crees? Cuál te pesa más?
-Todas!! Apreté las manos contra la tasa fría
-Creo que estás lleno de melancolía y te hace extrañar y eso te hace anhelar. Entendés?
-Sí. Ya lo creo.
-Es triste, no?
-Ni que lo digas... Hasta el infinito!
Bajé la mirada y suspiré.
-Cómo es eso que le extrañas como nunca, en el sentido literal de la oración?
Sonreí. Subí la cabeza, le miré y le respondí: -Como nunca sentí la ausencia de un ser vivo. Como cuando olvidas quien eres y quien lo sabe ya no está más ahí para recordártelo.
-Y vos creés que durará?
-Tanto como me dura un café frío en un bucle infinito.

https://www.youtube.com/watch?v=DbMla_j4oMw